Hoy subí a tender, como casi todos los domingos, a la terraza de mi finca. Un octavo piso desde el cual puede verse, entre los edificios de mi antiguo barrio, la maravillosa inmensidad del mar que olí desde niña. Hoy, día soleado y puro. Las montañas se ven nítidas y cercanas. El aire huele a limpio. El sonido de las olas puede intuirse entre el piar de los pájaros que anidan en la azotea. El olor del Mediterráneo llega a mí inundándome de nostalgias y recuerdos, de sonrisas y serenidad. Paz absoluta. Bendito momento.
Tendí la colada. Bajé. Volví a subir. Cámara en mano. Una pena. Quería inmortalizar aquel momento de Gloria. Me falló la digital. Es lo que pasa cuando, aún con una gran afición a la fotografía, no puedes más que comprarte un aparato barato y de baja calidad. Dios, como hecho de menos mi reflex. Quizás algún día…
Recuerdos de la infancia, como iba diciendo. Mi madre, tan bonita, cantando mientras tendía esas sábanas de un blanco impoluto, sonriéndome, serena y dulce… Mi perra Mina, tan seria, intrigantemente humana, sentada a la sombra, oliendo el mar… Y yo, inocente y feliz, correteando por el tejado, jugando con la ropa, construyéndo castillos en el país de las hadas… Cómo poder olvidarlo… Lloro al recordarlo... Lloro con felicidad, con agradecimiento. Esos pequeños momentos que jamás olvidaré… Esa maravillosa sensación de impunidad hacia las fatalidades de la vida… Esa grandeza, esa ilusión, esos sueños, esa esperanza.
Ahora es mi hija la que me acompaña... la que corre... la que me hace hablar... la protagonista de mi sonrisa... la que escucha mi canción... No hay ida sin venida... Después de un adiós siempre viene un bienvenido...
Si estoy triste solo tengo que subir al tejado y oler. Allí están ellas otra vez… Para siempre… Inmortales…Eternas…
Bendito recuerdo.
Carmen
La foto es mía pero la retocó un amigo, así está infinitamente mejor. Por supuesto que me ha gustado. Mil gracias Jean
3 bombillas encendidas:
Dicen muchos por ahí: “hay que desprenderse de los recuerdos” “no hay que vivir en el pasado” “vive el presente” bla bla… No pongo en duda esto, sin embargo hay una cosa inevitable. En la actualidad escuchar una canción que en tu infancia repetían una y otra vez en la radio, ver una película clasica que un amigo alquilo y casualmente esa la viste con tu madre 10 años atrás (no quiero extenderme) y tras estos estímulos nuestro cerebro no responda. Es inevitable que no recordemos esos momentos magicos que formaron parte de nuestra historia personal y que fueron prescindibles en nuestro desarrollo. Así que yo ya he sacado mis propias conclusiones al respecto. Precisamente ahora estoy escuchando una canción de Phill Collins “Another day in paradice” Haaa… Recuerdo aquella tarde lluviosa de 1990 cuando fui de vacaciones con Alí a Mérida, Venezuela y al pasear por sus calles camino al teleférico sonaba esta canción de fondo; a partir de ese momento quedo grabada para siempre en mi memoria, yo tan solo era un crío.
Que tus cinco sentidos vivan conjuntamente cada vez que subas a tu terraza y déjate llevar como hoy.
Definitivamente no hay nada que se compare a vivir cerca del mar.
¡Por cierto! Al final de mi blog 135mm (abajo del todo) hay un link; Copialo y entra en el; hay algo que me tome el atrevimiento de equilibrar un poco a mi forma de ver. Echa un vistazo y si te gusta pues genial.
Buen día desde Vigo.
El detalle es impagable Jean. Iba a pasearme por tu blog para ver si había algo que me sirviera pero pensé que, aunque la foto era bastante pobre, reflejaba mi recuerdo y mis sentimientos. Evidentemente tú la has mejorado muchísimo, mil gracias.
El pasado nos llena de recuerdos malos y de recuerdos buenos. Los malos ya pasaron y no podemos cambiarlos, lo más inteligente que podemos hacer es aprender de ellos. Los buenos, afortunadamente, los guardamos en nuestros sentidos; basta un olor, una melodía, el roce de una brisa… y vuelven a existir, como por arte de magia, y así debe ser, jamás debemos renunciar a ellos.
Mil besos para los dos
¡De nada!
Me alegra que te gustara. Esa foto es la única que va con tu entrada ya que habla precisamente de eso, de tu terraza, de tus recuerdos y además es tuya. Por cierto; a que no sabes de donde es Paty? Solo que lleva muchos años viviendo en Galicia.
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