No confíes en mi voz… a veces miente…Mírame a los ojos… ellos nunca engañan…Presta atención a mi letra… esa soy yo…

TIC TAC TIC TAC TIC TAC…

Enciende tu bombilla  


El reloj avanza. Nada ni nadie puede detenerlo, ahí está, sigue su curso, omnipotente y todopoderoso, indiferente a nuestra presencia. No nos ve, no nos oye, simplemente sigue corriendo sin mirar atrás, sin detenerse en el detalle.

Nosotros, unicelulares a su lado, intentamos hacer eterno un momento de alegría y de paz, o pretendemos que corra más rápido cuando es la oscuridad la que nos acompaña. .. Imposible. El reloj no entiende de emociones. Podemos administrarlo con precaución y algo de sentido común, pero jamás conseguiremos controlarlo. Él es nuestro dueño, nosotros siervos a su merced y a sus caprichos. Rey entre todos los reyes, no hay claudicación posible, simplemente, ahí está.

Parece simple, fácil de entender. Si no se puede luchar contra algo INEVITABLE, el camino más amable es el de ceder y cambiar de actitud. No se trata de temerlo, si no de respetarlo. Pero no…

Profesionales de la dejadez y el aplazamiento, tendemos a postergarlo todo para otro día. Lo que nos incomoda, por supuesto, ya lo haremos mañana. Tampoco nunca es buen momento para realizar nuestros pequeños sueños… ya llegarán. Dejamos para más adelante nuestro propio bienestar, nuestras ilusiones, y las llevamos a un segundo plano, a veces incluso las enterramos en el olvido. Mil excusas.

Si hablamos de relaciones, hay veces que somos capaces de perdernos en discusiones absurdas, nos dejamos arrastrar por el orgullo y la tensión. Hacemos de un ridículo grano de arena el mismísimo Aconcagua. No sabemos frenar y ceder, dejamos para otro día la reconciliación. No sabemos perdonar… no sabemos pedir perdón. .. Seguimos perdiendo el tiempo. El reloj corre…

Es curioso, vivimos tan pendientes del futuro que se nos olvida por completo vivir el día a día. No sabemos disfrutar y apreciar lo bueno que nos brinda el breve momento de realidad que es el presente. ¿Alguien puede asegurar que mañana va a seguir aquí? El futuro existe, por supuesto, porque el tiempo no va a parar, pero somos seres vivos, nuestra existencia tiene fecha de caducidad. Con nosotros, o sin nosotros, el reloj seguirá…

Sólo un ejemplo, sin utilizarme a mí (que podría). Conozco la historia de un pobre hombre, recién jubilado, en muy buena posición económica, que se ha pasado toda la vida ahorrando cantidades alarmantes de dinero para realizar un sueño, llevar a su mujer a conocer el mundo entero. Podrían haberlo hecho antes, pero querían estar libres de responsabilidades, sin sogas en el cuello. Toda la vida trabajando 25 horas al día para poder cumplir su ilusión… Suena bonito y romántico… Habría sido precioso... Ella ha muerto… La mirada de desesperación de él no se puede explicar con palabras… Su impotencia es infinita… Se plantó delante de mí y me dijo: “Carmen, por favor, vive tu vida YA”. La experiencia es un recuento de patadas; la sabiduría, aprender de ellas. Historias como estas hay demasiadas...

El futuro es irreal, abstracto, relativo. Nadie puede asegurar con certeza que nos deparan las horas venideras. Cambios inesperados, no necesariamente a voluntad. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida… No digo que vivamos en un continuo derroche, no hay que ser alarmistas ni radicales, pero si creo que es necesario aprovechar cualquier ratito de felicidad que nos depare la vida e intentar cumplir nuestras ilusiones en el presente. No hace falta ansiar y estar pendientes continuamente de grandes metas, está muy bien tener ambición, pero no vivir solo por y para ella. Creo que es mucho más sencillo, solo debemos dejarnos llevar. El mañana llegará… o no. Callar nuestros sentimientos es improductivo y agonizante. Zancadillearnos nuestros propios pasos, absurdo. Es mejor tomar consciencia de lo que pasa ahora y ya, y actuar en consecuencia. Vamos a quedarnos con lo bueno y dejemos atrás lo que nos hace daño. Sólo es cuestión de actitud.

Es absurdo. No hay ningún motivo para desaprovechar ni un solo segundo del que nos corresponde vivir.


… ¿y si mañana no estamos?... ¿y si mañana no están?...


Os lo digo a vosotros… me lo digo a mí



CARPE DIEM


Carmen

Sin bandeja

1 bombilla encendida  

Empieza el curso. ¿Será que voy a saber hacer algo más que preparar capuccinos? Una pena que el tiempo corra en mi contra. Estaría bien poder acabarlo. Estaría bien acceder a un nuevo oficio. Capacidad de aprendizaje tengo; entrega, a raudales; ilusión y ganas, mil. ¿Será que mi vida está cambiando?
Puertas abiertas...
Carmen

De pps y mensajes cadena

2 bombillas encendidas  

No se a vosotros, pero si a mí hay algo que me repatea es abrir mi correo electrónico y encontrármelo lleno de pps de esos que, si no los reenvías, o estás destinada a cien años de crueldad y catastrofismos, o eres una pésima amiga, o simplemente no eres más que un bicho cruel, inhumano por excelencia. Haberlos hailos, y yo los recibo en cantidades industriales. Y mira que tengo dicho que a mí ese tipo de mensajes no me van y que paso de cadenas, pero nada… que no hay forma de acabar con este puñetero correo basura, aún conociendo todos que la inmensa mayoría de ellos están plagaditos de virus y malditos spywar.
No creo en fatalidades ni en supersticiones. Pienso que cuando un amigo SABE que le quieres no es necesario decirle todos los días lo importante y lo grande que es para ti. De inhumana tengo entre poquito y nada (piscis hasta la médula por más que lo intente ignorar y luche contra ello, ya me gustaría a mí ser un poquito más impermeable hacia las desgracias ajenas).
Tengo dos amigos que, solo de verlos en mi correo, depende del título del mensaje, los descarto y los elimino sin siquiera tomarme la molestia de abrirlo por purita curiosidad. Y los quiero, los quiero mucho, eso es indudable, pero no me van a arrastrar con ese vicio suyo de reenviar mensajes de santos protectores, oráculos certeros, amistades verdaderas y de pobre gente (sobre todo niños, que dan mucho juego y mucho morbo), a los que les puedes salvar la vida si reenvías el pps en cuestión y lo propagas por todo el mundo. No seré yo. Hay veces que sí que reenvío alguno, (uno de cada cienmil), porque realmente me gusta lo que dice, pero lo hago siempre borrando la lista de contactos anteriores y ocultando a los que se lo mando (opción de envío CCOO). También explico que lo envío porque me gusta el contenido, no porque pretendo que sea reenviado.
La cosa es que ayer mismo recibí uno de ellos que me dejó noqueada y bastante jodida. Me lo mandó una muy buena amiga que no tiene costumbre de dedicarse a propagar este tipo de basura, así es que lo leí y dudé en qué debía hacer luego. Ingrid Betancourt, política colombiana secuestrada en 2002 por la guerrilla de las FARC, actualmente en un estado de salud bastante crítico. Esta mujer existe, ya he hecho yo por corroborar los datos del pps y asegurarme que no era otro burdo engaño más. Lo que se pide es su liberación para que pueda tener una muerte digna, rodeada de los suyos, de sus hijos (soy mamá). Aquí llega el dilema, qué hago, lo mando o no lo mando. Si lo reenvío hay una remotisisima posibilidad de que pueda poner mi granito de arena para salvar a esta mujer luchadora y solidaria de una muerte en soledad e injusta. Pero también puede que esto no sea más que volver a abrirle las puertas a tantas empresas que se aprovechan de nuestros sentimientos para bombardearnos con su publicidad indeseada, y permitirles con ello que allanen nuestra intimidad y puedan acceder a nuestros datos personales (la mayoría de ellos sin la más mínima valía comercial). ¿Veis porqué no soporto este tipo de mensajes?
El resultado final es que lo voy a reenviar porque me puede el corazón y me falta la osadía. Y lo reenvío sabiendo que en el camino se quedó otra pobre gente a la que preferí ignorar, segura de que eran historias ficticias o contadas sin permiso para aumentar el gran negocio del puto pps.
Lo reenvío con dudas, lo reenvío por si acaso, pero he de advertir que, el siguiente, que lo habrá, no tengo intención de abrirlo, y que Dios me perdone, pero no seré yo la que enriquezca a unos mal nacidos a costa de la desgracia humana, que la hay, y mucha.
Carmen

Lo más grande que te puede suceder es que ames y seas correspondido

1 bombilla encendida  

Inevitable Moulin Rouge. Como película sólo se la puede calificar como GRANDE. Musical exquisito. Amor real.
Paty, el tango de Roxanne es muy bueno, no voy a robártelo, yo dejo otro que, debido a mi entrada anterior, creo que es más que apropiado para mi blog.
Sin palabras, no hay nada que explicar, habla por sí solito.
Si por casualidad no habéis visto la peli, y os apetece verla, ni se os ocurra darle al play, es casi el final.
(Acordaos de parar el reproductor de bajo)

Besitos

Una cosita, este video lo he robado y capturado yo para poder subirlo y compartirlo con vosotros. Si en algún momento desapareciera habrá que ceñirse a las leyes y a los derechos de autor y yo, personalmente, lo respetaré, por supuesto.

Carmen

Cien gatos (o Mil Excusas y pico)

Enciende tu bombilla  


(Desconozco el autor de la foto, simplemente la robé)

Qué se puede hacer cuando te controla un trauma de la infancia que no te permite elegir al hombre que tienes a tu lado. Qué se puede hacer cuando eres incapaz de aprender y darte cuenta de que llevas toda la vida equivocándote en amores y pasiones. Qué se puede hacer cuando tu miedo a volver a meter la pata te bloquea y te convierte en un ser hostil que vive en continua alerta. Esa maldita piedra que por más patadas que le de siempre vuelve a aparecer.
Soledad.
Mi vida amorosa siempre ha sido un jodido desastre. Recoge perros llegaron a llamarme, matrona de los casos imposibles los más amables... espantahombres por definición propia en la actualidad.
Hace tanto que estoy sola que yo lo llamo comodidad. En realidad sé que lo mío no es más que pánico autodestructivo. Fobia que me impide mantener una relación afectiva minimamente aceptable. Sí, lo sé, así es. El resultado es que me he rodeado de un bonito escudo de kryptonita para que ya nadie más, jamás en la vida, pueda intentar siquiera hacerme un poquito de daño. Ya no hay cabida en mí para un intento de acercamiento, ni siquiera para un te invito al cine y luego cada uno a su casita. Que va, para nada, no doy opción, simplemente no lo permito. Dejo ver mi armadura y acaban dando la vuelta para no seguir perdiendo el tiempo con la mujer de hielo, esa que los congela con una simple mirada. Encantadora que es una.
Mujer de las mil excusas que soy, alego que mi padre es mayor y me necesita, que mi hija es muy niña todavía y requiere de todo mi tiempo. Digo que no me importa estar sola, que incluso lo prefiero. Que es imposible que nadie se fije en mí porque ni soy guapa, ni tengo un cuerpo estupendo y encima soy mayor. Que vestir santos no debe ser tan horrible y que vivir con cien gatos debe hacerte sentirte bastante acompañada… Mil excusas y pico, las que sean necesarias, para no tener que afrontar una situación de desamparo emocional voluntario y para no tener que romper a hachazos limpios ese maldito escudo que forjé con tanto empeño y dedicación.
Y así me va.
Peripatética como nadie, permitidme que me insulte que me hace falta.
A quién le quiero hacer yo creer que no necesito a nadie que camine cerquita de mí, que me acompañe en días de sol y en días de sombra. A quién quiero convencer de que yo no preciso de palabras de aliento ni de cariño. A quién intento engañar diciendo que no me faltan ni abrazos ni caricias ni besos. Si es que no me lo creo ni yo.
Hace algún tiempo, después de una relación casi surrealista que me dejó bastante perjudicada, leí un libro de Silvia Salinas, “Todo (no) terminó”. Francamente bueno. Durante un breve espacio de tiempo mis ideas se aclararon y mi corazón se calmó. Volví a respirar. Habla sobre el periodo de duelo inevitable que hay después de una ruptura. Sobre el perdón, hacia tu ex y hacia ti mismo. Explica eso que siempre olvidamos, que en una pareja hay dos y la culpa está repartida. (“Siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo” Shakira). Habla sobre la aceptación y el respeto. Sobre el periodo que debes pasar a solas para poder asimilar todo lo que te ha sucedido y aprender de ello. Habla sobre las puertas que debes cerrar para poder abrir otras de nuevo, esta vez libre de rencores, de fantasmas, de frustraciones… Yo creo que mejor me lo vuelvo a leer…
Si mi máximo problema es que no sé elegir al hombre que se supone que está conmigo, quizás es que debo encontrar y arreglar algún tipo de cable chamuscado en mi cabeza. El amor existe, lo sé, lo veo todos los días. Sé que puedo vivir sola, no me voy a morir por ello, pero es que sería tan bonito encontrar un compañero de viaje… y si es eterno… pues mejor.
No quiero vivir con cien gatos

Sé que últimamente estoy de capa caída, que estoy algo así como diez metros bajo el suelo, pero es que me alivia hablar de mis temores, de mis nostalgias y de mis penas, me permite romper mejor mis ladrillos. Gracias por seguir conmigo

(Cualquier día de éstos olvido mi nombre y empiezo a firmar como Bridget Jones)




Carmen

My inmortal

2 bombillas encendidas  

Me declaro fan acérrima de Evanescence, desde casi sus comienzos, cuando apenas nadie los conocía. Con esta canción sobrelleve un poquito mejor el olvidar a una persona a la que debía tirar de mi vida. Puede que Amy Lee ya no la quiera cantar, pero es una gran canción y el vídeo es precioso. Bajo dejo la traducción. No sé a vosotros, a mí me encanta. Es uno de mis grandes himnos.
Parad el reproductor de bajo si os apetece verlo. Besitos





MI INMORTAL


Estoy tan cansada de estar aquí
Reprimida por todos mi miedos infantiles
Y si te tienes que ir
Desearía que solo te fueras
Porque tu presencia todavía perdura aquí
Y no me dejará sola

Estas heridas no parecerán sanar
Este dolor es simplemente demasiado real
Hay demasiado que el tiempo no puede borrar

Cuando tú llorabas yo secaba tus lágrimas
Cuando gritabas yo luchaba contra todos tus miedos
Y tomé tu mano a través de todos estos años
Pero tu tienes todavía todo de mí

Tú solías fascinarme
Por tu luz resonante
Ahora estoy limitada por la vida que dejaste atrás
Tu rostro ronda por mis alguna vez agradables sueños
Tu voz ahuyentó toda la cordura en mí

Estas heridas no parecerán sanar
Este dolor es simplemente demasiado real
Hay demasiado que el tiempo no puede borrar

Cuando tú llorabas yo secaba tus lágrimas
Cuando gritabas yo luchaba contra todos tus miedos
Y tomé tu mano a través de todos estos años
Pero tú tienes todavía todo de mí

He intentado tan duro decirme a mi misma te has ido
Y aunque todavía estás conmigo
He estado sola todo desde el principio

Cuando tú llorabas yo secaba tus lágrimas
Cuando gritabas yo luchaba contra todos tus miedos
Tomé tu mano a través de todos estos años
Pero tú tienes todavía todo de mí

Carmen

Reflexiónes conmigo misma...

4 bombillas encendidas  




Y aquí esto yo con mi incertidumbre habitual.
En paro, voluntario.
Tres meses ya sin trabajar y sin hacer NADA. Dejé mi puesto fijo de camarera para descansar. Mi nivel de estrés era ya demasiado evidente y rozaba el escándalo. Mi cuerpo lo acusó. Empezó a somatizar. O paraba o me mataba. Taquicardias exageradas, sin explicación. Hipoglucemias de esas que te quedas ciega, sin motivo. Mareos y angustias matutinas, sin porqué médico. De mi irascibilidad y de mi susceptibilidad incluso me avergüenzo. Mis hormonas parecían vivir en una continua menstruación. Mis neuronas se declararon en anarquía radical. La relación con el que considero un buen amigo, mi propio jefe, iba de mal en peor. Discusiones absurdas y subidas de tono más que preocupantes. Bonito panorama. Solución, hablé con él, le expliqué, lo entendió… me fui.
Lo dejé todo. Un horario que, para ser de hostelería, no estaba ni un poquito mal. Unos tratos de favor que, a pesar de que me los gané a sangre, me hacían sentirme mal para con mis compañeros. Una confianza ciega y sin medida del que, ya he dicho, es un gran amigo (incompatibles en carácter, pero leales hasta la eternidad). Me lo pensé con tranquilidad, pero aún así lloré mares inmensos, la angustia me quebraba el habla. Pero debía hacerlo, y lo hice.
Iba a relajarme, a cuidarme, a emprender proyectos nuevos, a construirme una vida más tranquila, a aliviar mi estrés… No pude. Una semana después, mi padre, con el que convivo, ya viejito, se rompió el brazo izquierdo, es manco del derecho. Empecé a ejercer de enfermera barata e inexperta. Mi hija, otra semana después, cogió un virus sin nombre y la tuve una semana en cama. Aún así superé las seis semanas de escayola. Ahora mi padre tiene úlceras en los pies. Hay que llevarle a curarlo, claro. Él sufre por mí, pobre, piensa que no es justo que me pase esto. Yo le explico que la vida es así, que primero él me cuidó a mí, y ahora me toca a mí compensarle aquel esfuerzo. Mi relación con mi padre jamás fue fácil, esto nos ha acercado mucho, llevo ya un tiempo pensando que las cosas pasan por algo, y que, aún en los malos momentos siempre hay un atisbo de luz que se debe aprovechar.
Aún así, el resultado es que el estrés sigue conmigo, todo lo que me planteaba hacer no ha podido ser hasta ahora, me falta tiempo… y ganas. Es una putada darte cuenta de que la ilusión es impermeable para ti. Pasional hasta la médula, me encapricho de las cosas con una fuerza ciclónica… un día me levanto y el interés se esfumó. No consigo hacer perdurar en mí una ambición, yo misma me pongo zancadillas para no consentirme llegar a la meta (a veces incluso no llego ni a la casilla de salida).
Mañana empiezo un curso para conseguir una mejoría laboral y unos estudios que, por mi perrería innata, no tuve jamás. Vuelve la ilusión… pero no confío en mí. Mis antecedentes no me permiten darme un voto de confianza. Ganas, todas; fuerza, ojalá.
Mis tareas pendientes son; finalizar el curso si el paro me lo permite, sacarme de una vez por todas el Carnet de conducir, empezar a echar curriculums (que al final me pillará el toro), pero sobre todo y ante todo, darme calidad de vida. Empezar a vivir con un mínimo de dignidad mental y respeto hacia mí misma. Permitirme a mi misma ser feliz. Necesito reencontrarme con la ilusión y la esperanza, con la tenacidad y la paciencia, con mi amor propio y el amor hacia todo aquello que me rodea.
Yo no dejé de trabajar para esto. Necesito respirar, necesito relajar todos los músculos de mi cuerpo en tensión continua, necesito sonreír y valorar, necesito VIVIR.
Hoy es un mal día, estoy agobiada, confusa y bloqueada. Necesitaba reflexionar y desahogarme, solo es eso.



Carmen

Terra de meigas

2 bombillas encendidas  







Hace ya bastantes años, conocí una pareja singular que me dejó maravillosamente marcada para el resto de mis días. El transcurrir del tiempo, mi locura juvenil y un cambio de domicilio por parte de ellos, nos ha separado y me ha hecho perder una de las amistades con más valía he que tenido a día de hoy. No sé nada de ellos desde hace ya demasiado.
Los conocí en La Rosa de los Vientos, su pequeña y mágica tienda de manualidades, restauración y decoración. Por aquel entonces a mí me dio por pintar hadas de marmolina. Virginia me enseñó con paciencia técnicas de pintura y envejecimiento. Ramón, siempre con una sonrisa encantadora, me animaba a seguir aprendiendo, sin importarle que su mujer y yo siempre estuviéramos en la trastienda mientras él se pasaba el día atendiendo sólo el negocio. A mí me maravillaba la exquisita extravagancia de ella, vestida con impresionantes confecciones de papel de seda y charol en Navidad.
Poco a poco nos fuimos haciendo amigos. Poco a poco me contaron su historia.
Él, de mi tierra, Valencia capital, rodeado de urbanitas. Ella, gallega, de una aldea de Vigo, rodeada de lobos.
Antes de tener la tienda, ambos trabajaban de comerciales en una empresa multinacional. Se conocieron en una reunión a medio camino entre las dos poblaciones. Una semana después, Ramón le pidió que se casara con él… Ella dijo sí... Los dos dejaron el trabajo. Virginia, además, su casa, su familia, sus amigos, sus lobos, sus bosques verdes, su mar, sus gaitas, sus meigas... la tierra fértil que la vio nacer. Seis meses después se casaron… en un castillo… para su princesa…porque ella no se merecía menos. Ella vestida de corte medieval, cual reina de los elfos. Él no era para menos, con un traje antiguo, pajarita y reloj de pulsera incluido, con la melena recogida, dejando salir algún que otro rizo despistado. Fotos en blanco y negro, hechas por su cuñado, mucho más que un simple aficionado. Jamás he vuelto a ver un book de boda tan original, tan bonito, con tanta magia.
Yo la conocí en verano, su primer verano. En las maletas trajo camisas de lino y faldas vaporosas, pero también sus abrigos, sus bufandas, sus guantes, sus jerséis de lana de cuello de cisne, veinte paraguas y cien mil gabardinas… Llegó el invierno… Pobrecita mía. Se pasó tres meses llorando, - “Carmela, ¿aquí nunca llueve?”, “Pocas veces, lo siento”; “Carmela, ¿y el frío?, ¿aquí nunca hiela?, “Dos o tres veces al año, no más” - En serio que lo pasó fatal. Pero Ramón estaba ahí, consolándola, llevándola a Vigo fin de semana sí, fin de semana también. Realmente hacen una pareja entrañable. Por increíble que nos parezca al resto de los mortales, aquello funcionó.
Me pasaba horas escuchando historias de Vigo, viendo fotos realmente preciosas, dejándome llevar por la melodía de Virginia, que me contaba lo distinta que es la vida en Galicia, lo verdes que son sus campos, lo fiero y maravilloso que es su mar… Vi como convertía una casa con una distribución imposible en un auténtico palacio de meigas coquetas. Conocí a su madre, a sus hermanos, todos tan buena gente, tan agradecidos, tan generosos, tan dulces al hablar…

¿Se puede amar una tierra que no has visto ni olido jamás? Sí, si encuentras en tu vida a gente como Ramón y Virginia. Este fue el principio de mi gran cariño hacia Galicia, y todo lo que la rodea, y se lo debo en gran medida a ellos. He conocido a más gallegos y lo único que han conseguido es reafirmar todavía más mi sentimiento hacia aquella región, verde por excelencia. Tengo amigos que fueron para allá a estudiar veterinaria, y quedaron encantados, una de ellas no volvió jamás a Valencia. Mis propias hermanas han estado allí en varias ocasiones y me han dicho que, si yo voy, tampoco regresaré… aunque eso yo ya lo sé… no sé porqué… pero lo sé. Otra buena amiga, la que me mandó la foto que inicia este texto, también es de allá, y conoce mi amor incondicional hacia su tierra. No puedo oír una gaita sin emocionarme. Prometo que, de no haber sido porque mi hija todavía era un bebé, yo misma habría ido a quitar chapapote con mis propias manos. No puedo explicar este sentimiento, porque simplemente no tiene explicación, sencillamente está ahí. Quiero pensar que es una intuición y no una fantasía.
No he ido jamás, a penas si he salido de mi ciudad, pero algún día iré, con el equipaje justo, por si acaso me entra un arrebato y no vuelvo más.
Hasta entonces… con todo o meu cariño, que tengais un bo día (creo que es así)
Carmen

Orquídea Eterna

Enciende tu bombilla  


Recupero esta entrada de mi antiguo blog, y lo hago porque, evidentemente, debe seguir aquí

Esta orquídea me la acaba de mandar una muy buena amiga por e-mail.
Siempre que me ve triste me regala una flor y me hace llorar.
Hace tiempo que no nos vemos y dice que como ya no tiene la oportunidad de dármela en mano me manda una de las que ella cuida con tanto cariño. Verdaderamente preciosa. Un detalle impagable en un día gris y hostil.
El cariño ha llegado con la flor, y como ya te he dicho Ana, esta va a ser una orquídea eterna, porque no va a morir jamás.

Mil besos, mil gracias

Hay ángeles entre nosotros

5 de Marzo de 2008


Carmen

Desde mi tejado

3 bombillas encendidas  



Hoy subí a tender, como casi todos los domingos, a la terraza de mi finca. Un octavo piso desde el cual puede verse, entre los edificios de mi antiguo barrio, la maravillosa inmensidad del mar que olí desde niña. Hoy, día soleado y puro. Las montañas se ven nítidas y cercanas. El aire huele a limpio. El sonido de las olas puede intuirse entre el piar de los pájaros que anidan en la azotea. El olor del Mediterráneo llega a mí inundándome de nostalgias y recuerdos, de sonrisas y serenidad. Paz absoluta. Bendito momento.

Tendí la colada. Bajé. Volví a subir. Cámara en mano. Una pena. Quería inmortalizar aquel momento de Gloria. Me falló la digital. Es lo que pasa cuando, aún con una gran afición a la fotografía, no puedes más que comprarte un aparato barato y de baja calidad. Dios, como hecho de menos mi reflex. Quizás algún día…

Recuerdos de la infancia, como iba diciendo. Mi madre, tan bonita, cantando mientras tendía esas sábanas de un blanco impoluto, sonriéndome, serena y dulce… Mi perra Mina, tan seria, intrigantemente humana, sentada a la sombra, oliendo el mar… Y yo, inocente y feliz, correteando por el tejado, jugando con la ropa, construyéndo castillos en el país de las hadas… Cómo poder olvidarlo… Lloro al recordarlo... Lloro con felicidad, con agradecimiento. Esos pequeños momentos que jamás olvidaré… Esa maravillosa sensación de impunidad hacia las fatalidades de la vida… Esa grandeza, esa ilusión, esos sueños, esa esperanza.

Ahora es mi hija la que me acompaña... la que corre... la que me hace hablar... la protagonista de mi sonrisa... la que escucha mi canción... No hay ida sin venida... Después de un adiós siempre viene un bienvenido...


Si estoy triste solo tengo que subir al tejado y oler. Allí están ellas otra vez… Para siempre… Inmortales…Eternas…

Bendito recuerdo.


Carmen
La foto es mía pero la retocó un amigo, así está infinitamente mejor. Por supuesto que me ha gustado. Mil gracias Jean

J.L. Borges "Ficciones"

Enciende tu bombilla  



Si pudiera vivir nuevamente mi vida…
En la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido, de echo tomaría
muy pocas cosas con seriedad.

Sería menos higiénico.
Correría más riesgos, haría más viajes,
contemplaría más atardeceres, subiría más montañas,
nadaría más ríos.

Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida,
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría de tener
solamente buenos momentos.

Por si lo saben, de eso está echa la vida,
sólo de momentos, no te pierdas el ahora.

Yo era de esos que nunca iba a ninguna parte sin
un termómetro, una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas, si pudiera volver a vivir,
viviría más liviano.

Si pudiera volver a vivir comenzaría a andar descalzo
a principios de la primavera y seguiría así
hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría más
amaneceres y jugaría con más niños, si tuviera
otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años
y sé que me estoy muriendo.



Jorge Luís Borges

Ayuditas para el blog


Intento hacer se este blog un sitio agradable donde pasear y, a pesar de que soy nueva nuevísima, he encontrado varias páginas donde mejorar considerablemente el aspecto de mi destroza ladrillos. Me he vuelto loca hasta que he encontrado sitios fiables y gratuitos. Sé que mi blog no es gran cosa, pretendo seguir mejorándolo, pero, por si alguno de vosotros quiere poner algunas de mis chorraditas en el suyo, os dejo un par de links que a mi me han ayudado mucho. Espero que os gusten:


http://ayudaparaelblog.blogspot.com/ En éste hay contadores y libros de visita, calendarios, relojes... está bastante completito.

http://recursospaces.blogspot.com/2007/06/reproductor-para-tu-pagina-web-myspace.html De aquí saqué mi reproductor, si seguís al pie de la letra sus indicaciones es bastante fácil (aunque da un poquito de trabajo)

Por supuesto que hay muchos más sitios donde conseguir las mismas cosas, o incluso más. Yo solo os digo los que a mi me han ido bien, quizás así consiga evitaros un puñetero dolor de cabeza.

Besitos



Carmen

Miedo

Enciende tu bombilla  


Recupero este texto de mi anterior blog, y lo hago porque lo leo y me reafirmo en él... al menos hoy por hoy...



Hay quien dice (es una opinión muy extendida) que este mundo se ha hecho para los valientes.
Hay quien dice (con la misma mayoría de criterio) que no hay triunfo si hay cobardía.
Hay quien dice (vuelvo a reafirmarme) que el temor bloquea y borra el camino a seguir.
Yo, con mi más que humilde opinión, considero que el miedo es un arma de una valía incalculable que debemos utilizar en pos de nuestra evolución, de nuestro desarrollo, de nuestra madurez. Ignorarlo, para mí, es una postura imprudente y temeraria, irresponsable y fantasiosa.
El miedo, y el dolor, están con nosotros por algo, tienen su razón de ser, su sentido, su porqué. Son alertas que afortunadamente poseemos para avisarnos que debemos ir con cuidado, que debemos ir más despacio, o que incluso debemos frenar y dar marcha atrás. Pueden bloquearnos e impedir que seamos capaces de actuar o de tomar decisiones, es cierto. Pueden hacernos tanto daño como les permitamos si no sabemos utilizarlos correctamente. Canaliza. Relativiza.
En el mundo animal por ejemplo (y yo considero que las personas somos animales y nos guiamos por sus mismos instintos), el temor es estrictamente necesario para sobrevivir. Es tan sencillo como que si no temen, mueren.
Opino, entonces, que si nos avergonzamos de nuestros miedos y no los expresamos libremente no podemos superarlos. No olvidemos que un miedo mal escuchado puede convertirse en fobia, y eso SÍ que es peligroso, muy peligroso.
¿Cómo se puede relativizar el temor? Hablando de él. Es curioso como todo pierde fuerza cuando se le pone un nombre, como cualquier idea negativa ya no lo es tanto si la puedes expresar libremente, sin interrupción. Cómo el mero hecho de hablar de lo que te preocupa hace que te liberes y que no sea tan grave. Es lo que tiene la palabra.
Miedos fundados, miedos irracionales, el mundo está lleno de ellos, hay tantos y tantos que es imposible enumerarlos, no sé, ¿cuantas personas habitan actualmente este planeta?, pues multiplica por dos o por tres.
Para mí, de todos ellos, hay uno que en concreto es especialmente peligroso e ignorado, y que, siempre hablo desde mi opinión, es uno de los mayores fundadores del problema de la humanidad: LA COMUNICACIÓN.
No sabemos hablar, nos da pánico expresar nuestras ideas, tenemos miedo de que si decimos lo que pensamos, lo que sentimos, alguien no esté de acuerdo con nosotros y nos critique o nos haga daño. Por eso nos bloqueamos y, simplemente, nos quedamos callados y nos atormentamos con nuestra cruz interna. Siempre, y digo SIEMPRE alguien va a estar en desacuerdo con nosotros. Siempre, repito SIEMPRE, alguien nos va a hacer daño, de forma voluntaria o sin la más mínima intención, pero nos lo hará. Es literalmente imposible conseguir la aprobación, el consentimiento y el respeto de todo aquel que esté cerca de nosotros. Y es imposible porque ni siquiera nosotros mismos somos capaces de vivir en permanente acuerdo y simpatía con nuestro propio pensar y nuestro inevitable sentir. La verdad universal no existe, fue un invento de alguien que quiso imponer su criterio, pero se equivocó, siempre hay excepciones.
Yo misma estoy aquí, creando un blog, impulsada por mi cobardía a expresarme y mostrarme tal y como soy cara a cara con cualquiera de vosotros. Todos los que me conocéis sabéis que la voz nunca fue mi fuerte, en una conversación me resulta muy complicado poner en orden mis ideas, o mis sentimientos, y expresarlos con claridad. Siempre me expresé mejor escribiendo. Por eso la existencia de este blog. ¿Acaso habéis reparado en lo que escribí debajo del título? Soy cobarde, sí, pero no me callo, me expreso, a mi manera, pero lo hago.
¿Por qué no asumimos nuestro miedo y nos enfrentamos a él? Vamos a hablar entonces, vamos a escucharnos. Cuéntame lo que te pasa y encontraremos la solución. Déjame que te explique mis males y veremos juntos como no son tan horribles. Escuchemos nuestros temores y hablemos de ellos…quizá así surja la solución.
El miedo no es malo, solo es una señal, vamos a hacerle caso. No porque asumamos nuestro miedo vamos a fracasar. Hasta los más valientes temen, y probablemente sea eso lo que les lleva a la victoria.


Carmen

Poesía

2 bombillas encendidas  


He de reconocer que, aunque me incomode hacerlo, y a pesar de ser una lectora compulsiva y pasional, he leído muy poca poesía en mi vida. Lo he intentado, en contadas ocasiones, y lo he acabado dejando por purita frustración. O me falta sensibilidad o es que soy incapaz de descifrar el complejo lenguaje del verso. Soy sensitiva casi por naturaleza, tengo la virtud de oler la esencia de casi todo lo que me rodea, y aún así me cuesta, me cuesta mucho. Tengo amigos aficionados a la poesía, tengo hasta amigos poetas, y nada, no hay nada que hacer. Sí que logro intuir el sentimiento de sus rimas, pero me pierdo en su retórica; sus paradojas, sus metáforas… Quizás es que nunca le he prestado demasiada atención… Si miro un cuadro abstracto lo más seguro es que me limite a elogiar sus colores y sus formas, luego daré media vuelta y buscaré uno realista, por pura comodidad. Con la poesía me pasa lo mismo. Supongo que me gustan las cosas fáciles y la comida bien masticada. Pero me da rabia, quiero entender, y no lo consigo; quiero hacer, y no me siento capaz.

Con esto lo único que pretendo es pediros perdón a todos aquellos que dedicáis vuestro blog a la poesía. Os leo. Percibo vuestras alegrías, siento vuestras penas en los días grises. Pero he de reconocer que a veces me cuesta entenderos, no estoy acostumbrada a vuestra forma de expresaros. Quizás solo haga falta un poquito de paciencia, quizás solo un poco de dedicación. Mientras tanto seguiré leyéndoos, bien agradecida por haberme abierto una puerta nueva. Gracias.



Carmen

Mis demonios


El resumen de una vida está construido con pequeños cachitos de gloria, momentos fugaces de felicidad; esos ratos, cortos pero inmortales, en los cuales tu mirada brilla con una luz que el mismo Sol envidia y quiere para él. La vida es la suma de ratitos, al menos es lo que dicen los entendidos; expertos en utopías y fervientes creyentes en la bondad humana.
Yo misma, adicta en un pasado no muy lejano a los libros de autoayuda, es lo que creo (o lo que quiero creer).
Llevo ya tiempo intentando construirle a mi vida unos cimientos sólidos de sonrisas y emociones positivas… digo intentando… no lo consigo. Y no lo logro porque entre mis miserias está esa puñetera capacidad innata de verlo todo de color negro azabache, soy casi incapaz de ver la mitad medio llena del famoso vaso de las narices. Me esfuerzo, y aún así no lo consigo, quizás es que no le pongo suficiente empeño, quizás no supe leer entre líneas en tantas noches de lectura desesperada.
La cosa es que me he comprado una balanza. Cojo todos los momentos de mi vida, los buenos y los malos, y los intento medir a ver hacia donde se inclina el peso en cuestión. Resultado: o no sé valorar todo lo bueno que tengo (que es mucho, a eso llego), o realmente es que mi vida es una porquería y por más luz que me traiga el sol, siempre estaré rodeada de nubes negras y sogas en el cuello. Evidentemente, descarto el victimismo y me quedo con mi incapacidad de agradecimiento.
Tópico pero cierto, quién me va a querer si yo misma no me caigo bien. Quién me va a dar un voto de confianza si soy yo la que tiro para atrás mis proyectos antes incluso de empezarlos.
Y yo quiero cambiar, y sé que puedo cambiar, pero es que muy cómodo quedarme como estoy y no hacer absolutamente nada por darle calidad a mi existencia. Es mucho más fácil y menos engorroso acostarme a esperar un nuevo día que plantarme cara a mi misma y decir BASTA, DESPIERTA, LUCHA.
Y que más da, si total, yo soy así. Imán de oscuridad, ahuyentadora de triunfos, cobarde por naturaleza y transgresora de mi propia dignidad.
Debilidad. Ceguera. Inseguridad. Vagueza. Conformismo. Negación. Personalidad múltiple. Autodestrucción.
Estos son mis demonios. No hay falsa humildad. Dejo atrás hoy mis virtudes. Quiero hablar de mis defectos y darles nombre, puede que así ya sepa como luchar contra ellos.

Un ladrillito menos.



Carmen

Carta a mi pasado

3 bombillas encendidas  


Recupero este texto porque para mi es vital. Lo escribí hace unos tres meses y es imprescindible volver a publicarlo. Con él empezó mi antiguo blog y con él empieza el nuevo. Gracias por seguir conmigo.


No soy perfecta, no quiero serlo. Mi personalidad se ha forjado a hierro vivo según las vivencias de mi pasado. Errores he cometido muchos, ya no puedo subsanarlos, pero tampoco olvidarlos. No puedo, pero sobre todo, no debo. Ya no me queda más que aprender de ellos. Tampoco estoy falta de traumas involuntarios, pero bueno, y quién no… Soy lo que soy por lo que fui. Mis defectos se los debo a mi pasado, pero también mis virtudes.
Mi vida fue y sigue siendo un desastre; caótica e imprevisible, digna de un buen guión para Almodóvar. Es así, lo se. Y qué hago. Mejor lo cambio. Tengo los medios y me sé la teoría. Toca mover ficha, matemos a la reina.


Hace ya algún tiempo alguien me dijo que para seguir avanzando en mi vida era necesario y urgente que le escribiera una carta a mi pasado…
Alguien me dijo que para acabar con esa maldita ansiedad, tan innata en mí como el mismo aire que respiro, era fundamental que dijera adiós, que perdonara…que me perdonara…
Alguien me dijo que era vital, que era importante, que me iba a doler, MUCHO, pero que simplemente tenía que pasar por ello, que era preciso si quería continuar…

Hace ya algún tiempo de todo esto…
Jamás lo hice, jamás me atreví a afrontar ese reto, ese dolor…
No se puede despedir sin recordar…
Y aquí estoy yo, asustada, temblando, con los ojos rojos y un nudo en la garganta sabiendo que tengo que hacerlo, que debo enfrentarme a ello…
Estoy cansada, ya no puedo más, quiero avanzar…necesito avanzar…


CARTA A MI PASADO


Adiós
Simplemente adiós
Te dejo irte
Te devuelvo tus alas
Vete
Ya no puedes hacer nada más por mí
No nos necesitamos
A partir de ahora caminaré sola…por fin

Tantos años juntos
Tantos recuerdos
Tanto dolor
Tanta frustración
Tanto miedo
Tanto bloqueo
Tanta invalidez
Tanta impotencia

Y tú ahí
Fiel compañero
Hablándome
Susurrándome
Guiándome
Paciente y comprensivo
Persistente y tenaz
Leal y prudente

Y yo aquí
Ingrata compañera
Ignorándote
Jugando al escondite
Retorciéndome en el dolor y en la rabia
Ciega y sorda
Inmadura y hostil
Temeraria y provocadora

¿Tan difícil era verte?

Pido perdón
Te pido perdón

Perdón por no haberte escuchado
Perdón por no aceptar tu enseñanza
Perdón por aferrarme a mi inmadurez

Perdón por mi catastrofismo
Por conformarme
Perdón por mi placer de creerme una víctima
Por no asumir las consecuencias
Perdón por no responsabilizarme de mis actos
Perdón por no saber elegir

¿Tan difícil era oírte?

Perdóname por favor

Perdóname y gracias

Gracias por quedarte
hasta que te he visto
Gracias por no dejar de hablarme
hasta que te he comprendido

Gracias por hundirme
y por ayudarme a subir
Gracias por hacerme daño
Gracias por hacerme fuerte

Gracias por mi desconsuelo
Gracias por mi superación

¿Tan difícil era tu doctrina?

Todo ha sido necesario
Todas mis lágrimas vitales
Toda mi indiferencia precisa
Todo mi bloqueo certero

No hay luz sin oscuridad

Aprendí
Se acabó un ciclo
Abro ventanas
Que entre el sol

Adiós
Simplemente adiós
Te dejo irte
Te devuelvo tus alas
Vete
Ya no puedes hacer nada más por mí
No nos necesitamos
A partir de ahora caminaré sola…por fin

Me perdono…cómo no



Carmen

MI BUZÓN

3 bombillas encendidas  



Bueno, le he robado una gran idea a mi amiga Mondelo y he incorporado un buzón a mi refugio para que podais comentarme lo que os apetezca.

Hay veces que, cuando entramos en algún blog, queremos decir algo que no está relacionado con ninguna entrada en concreto y no sabemos donde dejar nuestro comentario. Pues para eso he creado este post. Ya sé que existen los libros de firmas pero, la verdad, a mi no me gustan demasiado, siempre que he instalado alguno lo he acabado eliminando, me parecen fríos y protocolarios. Esta idea (robada, insisto), me parece mucho más personal y cercana.

Vamos, que eso, que lo dicho, que si os apetece AQUÍ ESTOY

Besitos, como no
Carmen