No confíes en mi voz… a veces miente…Mírame a los ojos… ellos nunca engañan…Presta atención a mi letra… esa soy yo…

A veces luz, a veces sombra

 

Y yo a veces me pregunto y pienso…

De qué sirve la ilusión, si la tiro a saco roto…

De qué sirven las ganas, si me falta el empeño y la constancia…

Para qué bailo con la inocencia, si la edad me contradice…

Para qué me sirve la experiencia, si vuelvo a tropezar con la misma piedra…

De qué me sirve añorar compañía, si alimento día a día mi vacio…


Hoy me permito hundirme, mañana volveré a saltar…

Carmen

4 bombillas encendidas:

VolVoreta dijo...

A mi ya me extrañaba tantos días de vacaciones y me estaba temiendo esto...Tienes todo el derecho! tropezamos las veces que haga falta, eso demuestra que seguimos confiando e ilusionándonos (cosa nada fácil)creo que es mucho peor cuando no pasa nada...
Te esperaremos el tiempo que necesites; seguro que al volver encima nos traes un regalo.un B7 (para Ada (tu Hada) también, por supuesto)

neruda dijo...

Creo que la respuesta a tu pregunta es muy sencilla pero difícil de asimilar: somos humanos, y el ser humano por naturaleza es así, sin más. Hace poco publiqué una entrada llamada "humana infelicidad" en la que hacía referencia precisamente a esto, a esas imperfecciones que nos caracterizan y que no nos dejan ser feliz...Animo..

Carmen dijo...

Gracias mondelo, la verdad es que me conoces bastante bien.
Solo tengo unos días sosos, ya pasarán.
Gracias por seguir aquí, conmigo.
Un besazo

Carmen dijo...

Gracias Neruda.
Pues sí, somos humanos, solo que algunos tenemos una sensibilidad un pelín exagerada y nos dejamos caer con más facilidad. Debo aprender a ser positiva. Toda mi vida me he pasado de pesimista y ésto acaba creando una costumbre. Ahora, por más que me haya dado cuenta, cuesta cambiar de actitud, pero lo conseguiré, por supuesto que sí.
Voy a leer tu entrada.

Besitos