No confíes en mi voz… a veces miente…Mírame a los ojos… ellos nunca engañan…Presta atención a mi letra… esa soy yo…

Mariposas

 


Yo no sé si es la primavera o algún influjo caprichoso de la luna, pero estamos todos rebotados. Si no todos, si que la inmensa mayoría de la gente que me rodea, incluida yo misma. Estamos como idos, espitosos, en continuo estado de alerta, revolucionados y con la sangre en plena ebullición descontrolada.


Yo, personalmente, o tengo la tenia, o en mi barriga se han quedado a vivir mil mariposas que no paran de revolotear a sus anchas. No es un estado negativo, no al menos la mayoría de las veces, es sólo un proceso de euforia abstracta que me revoluciona las hormonas y esconde mi capacidad de raciocinio. No sé explicarlo, pero lo percibo, y también noto que no soy yo la única que padece estos efectos. Quizás sea ese instinto animal que jamás nos abandona y que convierte a esta época del año en un paraíso de emociones y deseos. Sea como sea y lo que sea, está ahí y no es fácil controlarlo.


Quizás eso de no tener pareja me hace más susceptible y receptiva a estos cambios, no sé, supongo que sí. La cosa es que yo, gran dama blanca, reina de la nieve, tengo la sangre alterada y de repente, más que nunca, necesito compañía masculina. Puedo decirlo más claro si queréis, pero quedaría medio raro en este blog tan purista y convencional. Me rio solo de escribir estas cosas, pero bueno, un buen amigo me ha pedido que sea yo misma y que hable más de lo que tengo en mis entrañas, así es que en ello estoy.


Hay a quien la primavera le hace volverse un pelín promiscuo y se fija en cualquier ser que lleve alguna prenda de menos, da igual ocho que ochenta, el resultado final es lo que cuenta. Cuidado que no lo critico, cada uno puede hacer lo que le venga en gana si es libre, pero yo para esto siempre he sido bastante mojigata. Ya le he puesto cara y nombre al objeto de mi desazón. Parezco una adolescente de quince años, o quizás de catorce (¿a que edad empiezan ahora?). Me paso todo el día pensando en un hombre que, aunque dudo que sepa que me llamo Carmen, sí que sabe que existo, pero no lo que haría con él si pudiera, angelico mío. La cosa es que he vuelto a temblar y a sentir ilusión. El miedo sigue ahí, pero le ha dado una tregua a la osadía y le permite hacer alguna que otra travesura. Estoy nerviosa, me paso el día buscando el momento para verlo y ponerle la mejor de mis sonrisas. Eso sí, en silencio, no vaya a ser que él se de cuenta, le de por sentir lo mismo que yo y entonces triunfe el pánico y patitas para que os quiero. Una amiga me ha pedido que esta vez no caiga en lo mismo de siempre, que ni se me ocurra idealizarlo, y que si, por alguna de aquellas, al chico le diera por corresponder aunque solo fuera un poquito a mi interés, que no huya despavorida cual murciélago a la luz del día. ¡Ay corazón!, eso es como pedirle a un nogal que convierta nueces en berenjenas. Que es que yo siempre pienso que me voy a quemar y que voy a salir mal herida. También he de decir que, por supuesto, como buena mujer al uso que soy, todos mis complejos han vuelto a reaparecer, que si el culo, que si el pecho, que si mi extrema palidez… Cobardía e inseguridad se llama. Podría contaros ya el final de la historia, pero es que hoy no tengo ganas de autocompadecerme y me apetece darme un voto de confianza. Hay mucho tiempo por delante, voy a dejar que siga su curso. Quién sabe, quizás tenga que revender mi máquina de coser sotanas…


Bueno, en resumen, que eso, que las mariposas me vuelan y me vuelan, me hacen cosquillas y me tienen en dulce tensión. Que quizás, que puede ser, que porqué no, que ¿y si fuera él?... que, aún si no es él, bendito momento de locura absurda.


Hace calorcito ya… ¿será eso?...

Carmen

2 bombillas encendidas:

Unknown dijo...

Escucha a tu corazón. Además, prueba con el juego de miradas, a ver si resulta. Se que no soy el más indicado para decir esto pero... Si ya sabes nadar pues lánzate al agua sin temor.
Un calido abrazo.

Carmen dijo...

Gracias Jean, en serio que soy muy cobarde, pero bueno, supongo que tendré que hacer algo si quiero dejar de estar sola. Por ahora no es más que un flechazo, ya veremos... Ya os contaré corazón.
Besitos para tu niña y para ti